2/1/12

LO EQUIVOCADO ES ESTA POLÍTICA, ESTÚPIDOS



Comencem 2012 amb una interessant reflexió que va fer el Lluís Foix al seu Blog ahir 01/01/2012.

Subirán los sellos, los transportes públicos, los impuestos a los asalariados, las autopistas y los hidrocarburos. Los funcionarios que conserven el empleo trabajarán más horas cobrando menos. Las tijeras van cortando las telas sociales hasta dejar muy deteriorados los servicios a los que hasta ahora creíamos tener derecho.
No acierto a detectar un economista o un político que gobierne que diga que esta política es equivocada. Nadie discute que el déficit público hay que reducirlo para no vivir endeudados hasta el final de los siglos.
Pero lo cierto es que ni un sólo sueldo subirá. ¿Cómo se puede salir de la crisis si no se crea riqueza? ¿Cómo se creará riqueza si el consumo queda ahogado por los draconianos recortes?
Los gobiernos hacen lo que buenamente pueden o, mejor, hacen lo que les dicen que hagan desde instancias que no tienen ninguna responsabilidad ante nadie. Italia y Grecia tienen presidentes de gobierno que han sido designados por instancias políticas y financieras que no responden ante italianos y griegos. Esto no pinta bien.
Lo políticamente correcto es luchar contra el déficit público con todos los instrumentos al alcance de los gobiernos. Las clases medias asalariadas son las más perjudicadas. Y son las que hacen crecer un país. Cualquier persona que pueda ser identificada por una nómina, aunque sea la de un mileurista, recibe todas las bofetadas. Paga más y cobra menos.
Repito: no puede consumir y, por lo tanto, no puede crear riqueza. Ya sé que alguien puede decirme que soy un incauto y que no conozco las ciencias del comportamiento económico. Pero, ¿no hay nadie que ofrezca una alternativa que deje de importunar a los que ya cobran poco y se fije en cómo crear riqueza que redundaría en beneficio de todos?  Esta reflexión la he hecho en muchas ocasiones. En los años treinta, por lo menos, había un personaje que ofreció una alternativa. Ya sé que si alguien se proclama hoy, aunque muy suavemente, keynesiano puede ser objeto de burla y acusado de ignorante. Pero léanse lo que se le ocurrió a F.D. Roosevelt en los años treinta.
Pero, qué quieren que les diga, mientras no se cree riqueza con el presupuesto privado y, sobre todo, con el público sólo iremos descendiendo hacia el abismo. Lo dejo dicho desde mi elemental sentido común: El error es la política que siguen los políticos. El error es empobrecer a los asalariados pretendiendo que así se resolverán sus problemas. Es un error el no facilitar la creación inmediata de empresas. Es un error mantener todavía tanta burocracia que tanto perturba a las gentes. Es el despotismo de los banqueros y el de los gobiernos que siguen sus trasnochados apotegmas. Lo equivocado es la política, esta política, estúpidos.